miércoles, 12 de enero de 2011

Capitulo 4: McDonald's, ¡Gran idea!

Desperté alrededor de las diez de la mañana, era sábado, que mas da, me gire lentamente hacia el lado izquierdo de la cama. Allí se encontraba Nate durmiendo tranquilamente, con una leve sonrisa en sus pequeños labios, sonreí. Me levante cuidadosamente para evitar despertarlo. Entre en el baño y me di una deliciosa ducha, luego de quince minutos bajo el agua, salí y me cambie rápidamente en unos vaqueros ajustados y un polerón gris con un dibujo de Mickey estampado en el pecho, tome mis converse grises y me ate el cabello en una desordenada cola de caballo.

En la cocina, me dispuse a hacer el desayuno, quería dejar a Nate dormir un poco más, así que tome unos huevos y me puse a freírlos. Ya cuando estaba acabando de servir el desayuno un pequeño ruido hizo que me volteara a la puerta de la cocina, ahí estaba Nate bostezando y tallándose los ojitos para sacarse el sueño de encima.

- Hey Ma – me saludo mi niño mientras otro bostezo escapaba de sus labios. Reí suavemente

- Hey – le dije mientras iba donde el - ¿Qué haces aquí? Y yo que quería dejarte en la cama un poco más – le decía mientras me agachaba a su altura

- Me desperté porque no estabas – me dijo sonriendo. Le sonreí de vuelta

- Bueno pequeño, ve a lavarte mientras yo termino de servir el desayuno – le dije mientras revolvía sus cabellos con mi mano

- ¡Si capitán! – me dijo dando un saludo militar mientras giraba y se iba corriendo por el pasillo. Mi celular comenzó a sonar

- ¡Hey Alice! –

- ¡Bella! ¿Cómo amaneciste? – me pregunto Alice inocentemente. Bufe

- No Alice, no estoy enojada – escuche un leve suspiro a través del auricular

- ¡Que bien! Tú sabes que no lo hice con mala intención ¿no? -

-...- ¿enserio quería que le creyera eso? Tendré la cara pero no soy idiota

- ¿No? – Me dijo impacientemente - ¡Vamos Bella! Fue una inocente broma – de repente, ese pequeño comentario hizo un click en mi cabeza ¿Será que...?

- Creo tener una pequeña idea sobre las inocentes bromas que hace Nate en el colegio – dije con tono reflexivo – tu no tienes nada que ver en ellas ¿no Alice? – Esperé

- Ehh – carraspeo – No, ¡NO! Como se te ocurre – rió nerviosamente – yo, ehh, ¡Adiós Bella, me alegro de que no estés enojada, saluda a Nathaniel de mi parte! – y colgó. Bufe esta me las pagas Alice teclee rápidamente un mensaje de texto destinado para Alice. Y en unos segundos el pequeño aparato comenzó a sonar otra vez, le di al botón para hablar y me puse el celular a una distancia prudente de mi oreja sabiendo lo que venia a continuación

- ¡NOOOOO, Mi súper extra hermoso vestido de Gucci ultima temporada y ADEMÁS edición limitada NOO! – grito a todo pulmón. Reí – ¡Esta bien, Esta bien! Te diré la verdad pero no se te ocurre poner un solo dedo en mi armario ¿!me escuchaste Isabella Marie Swan! – me pregunto

- Claro, lo que digas – le dije esperando que me contestara

- Bueno –empezó – hace algunas semanas atrás, Nate me informo de la llegada de un nuevo profesor – la corte antes de que siguiera

- ¿¡Tu fuiste quien le dio la maravillosa idea de molestar a Edward! – le grite atónita, Alice a veces podía ser tan infantil

- Así que ya no es Profesor Cullen ¿eh? Ahora es Edward...-comenzó con ese tono de voz que detesto

- Alice...-le respondí en tono de reproche

- ¡Ey! Tu me interrumpiste – respondió haciéndose la inocente - ¿Me dejaras seguir?-

- Claro, continua, tengo toda la mañana si es necesario – en eso llegó Nate bañado y cambiado de ropa iba a decirme algo pero con la cabeza le indica que tomara asiento en silencio

- Bueno, la cosa es que Nate me dio aviso de eso, y tu sabes que el es mi sobrino preferido -

- Es tu único sobrino, Alice – le recordé

- ¿Me dejaras seguir o estarás todo el rato interrumpiéndome? – me pregunto exasperada. Vi a Nate mirarme confundidamente, le sonreí y le indica que empezara a comer con mis labios

- ¡Ya! Esta bien, sigue -

- Y como te decía yo no le puedo negar nada, así que me dijo que quería hacerle una pequeña travesura de bienvenida al profesor... –

- que duro una semana – susurre por lo bajo

- ¡Bella! – Suspire – la cosa es que yo le di algunos pequeños detalles de que tipo de bromas podía hacerle, solo fue eso – termino Alice con una risita. Rodee mis ojos

- Esta bien, al fin de cuentas eso ya paso – le dije – pero Alice, juro que si me vuelvo a enterar de que ayudaste a este pequeño – dije mirando a Nate y este me veía inocentemente dándose cuanta al fin de lo que hablaba con su querida tía – a hacer alguna travesura más, te juro Alice, TE JURO que no volverás a ver tu colección de Jimmy Choo por un buen tiempo – le dije sonriendo malvadamente – Adiós Alice te quiero – y colgué antes de que se pusiera a gritar como loca otra vez

- ¡Esto esta delicioso Ma! – Me dijo entusiasta, tratando de cambiar el tema

- Eso también va para ti – le dije apuntándolo con mi dedo índice – me vuelvo a enterar de otra travesura y olvídate de tu Wii – me miro con sus ojos chocolates bien abiertos

- Pero... ¡Pero Ma! – Empezó a refunfuñar

- ¡Eh! No vengas aquí con pero ma – le dije copiando su tono de voz en la ultima parte – tu mismo te lo buscaste, así que ya me escuchaste, ahora termina tu desayuno

La mañana paso sin nada fuera de lo común, solo Nate que después del desayuno salio corriendo a su habitación ¿Qué, quería que lo premiara después de lo que hizo? Pero al rato después fue a disculparse diciendo que yo tenía razón. Ya iba a ser la hora de almorzar así que tuve una gran idea

- ¡Hey Nate! – lo llame. Escuche sus pasos rápidos por el corredor

- ¿Si Ma? – Me preguntó asomándose por la puerta de mi habitación

- ¿Te apetece si salimos a almorzar afuera? – le pregunte con una sonrisa en el rostro

- ¡Si! Enseguida vuelvo – y partió corriendo a su habitación. Al rato lo tenía a mi lado con una chaqueta en una mano y las llaves del auto y la casa en la otra. Rápidamente nos montamos al auto y emprendimos nuestro camino.

- ¿Y a donde quieres ir Nate? – le pregunte mientras paraba en una luz roja, mirándolo a través del retrovisor. Posó su dedo índice en su barbilla de modo pensante

- ¡Ya se! – Exclamó luego de un rato - ¡McDonald's! – hice una leve mueca de disgusto, odiaba esa comida, pero uno tiene que hacer sacrificios por sus hijos ¿no? Suspire

- McDonald's será – le dije sonriendo a través del espejo, sonrisa que me respondió. Amaba ver a Nathaniel así de feliz

Luego de treinta minutos llegamos al McDonald's más cercano. Ayude a Nate a bajarse de la parte trasera del auto, acomodé bien su chaqueta ya que en esta época empezaba a enfriar. Y nos encaminamos a la entrada.

Maldita la hora en que acepte venir a McDonald's

Ahí frente a nosotros se encontraba un muy sonriente Edward tomando la mano de una pequeña y hermosa criatura. Esta tenía los cabellos más dorados que he visto en mi vida, el cual estaba tomado en dos largas coletas que terminaban en preciosos bucles, tenia una pequeña sonrisa en su rostro, su rostro, parecía una fina pieza de porcelana y sus ojos eran de un azul cielo hipnotizante

- ¡Emma! – Mire como Nate se soltaba de mi mano y corría junto a la pequeña niña

- ¡Nate! – le dijo esta y lo abrazo. Se soltaron rápidamente y ambos se ruborizaron. Sonreí, aquella imagen era tan tierna que me maldije internamente por no portar mi cámara

Los dos pequeños niños comenzaron a alejarse de nosotros, yo aún no le decía nada al hombre que ahora se encontraba a mi lado

- ¡Hey Nate! – llamé. Este se volteó hacia mí rápidamente - ¿Qué no te he enseñado modales? ¿Quién es esta princesita que tenemos aquí? – Le decía mientras me encaminaba hacia ellos y me agachaba para estar a su altura

- ¡Ah! Si, lo siento – y mi pequeño se ruborizo por segunda vez en el día extraño – Ella es Emma, Ma – me decía Nate mientras apuntaba al pequeño ángel que tenia frente a mi – es la sobrina del Profesor Cullen – Claro. Se me había olvidado cierto hombre que ahora se encontraba a mis espaldas ¿como demonios hacia para moverse sin que lo notara? Bueno, no importa eso ahora...- Emma ella es mi mamá, Bella – le pequeña niña me miro con sus grandes ojos azules y me sonrió

- Un gusto mamá de Nate – y extendió su manita hacia a mi Algún día moriré por un exceso de ternura. Sonreí. Tome su manita

- Un gusto pequeña – le dije mientras me enderezaba – Hola a ti también – le dije a Edward que me miraba algo raro nuevamente. Bufe mentalmente ¿porque siempre ponía esa mirada rara? Hombres, quien los entiende - Y yo que esperaba verte el Lunes – me dijo sonriendo – definitivamente el sábado es mucho mejor – dijo mientras una sonrisa torcida aparecía en su rostro. Sonreí

- Ehh, claro – dije mientras me sonrojaba. Rápidamente me gire hacia los niños – dime Nate que es lo que quieres para comer y puedes irte a esos...juegos – dije con repulsión la ultima palabra

- Hm – y se puso pensativo nuevamente - ¡Una Cajita Feliz! – suspire. ¿Por qué no lo supuse antes?

- Una cajita feliz entonces – le dije mientras revolvía su cabello – ahora ve – le dije

- Tienes una mamá muy linda Nate – le decía la pequeña Emma mientras se alejaban

- Concuerdo con Emma – me sobresalté. Por segunda vez desde que habíamos llegado me olvidaba de la presencia de Edward ¿Cómo podía ser eso posible? Simplemente lo miré de reojo, ya podía sentir la sangre acumulada en mis pómulos otra vez

- Ehh, bueno, un gusto verte iré a comprar las cosas, Adiós – le dije lo más rápido que pude, quería irme pronto de su lado, por una extraña razón cada vez que lo tenia cerca me ponía más torpe de lo que era genial... - Espera – me dijo mientras me agarraba suavemente el brazo – Hazme el honor de poder invitarte a ti y a Nate a almorzar con nosotros – me dijo con un tono de voz demasiado convencedor. Suspire

- Esta bien – le dije – pero nos sentamos cerda de esas cosas – le dije mientras apuntaba los estúpidos juegos. Sentí una pequeña risa de su parte

Al momento de comprara las cosas tuvimos una pequeña discusión, ¿Cómo demonios se le ocurría que lo dejaría pagar todo? De algo sirvió el que sea demasiado testaruda, al fin, termine yo pagando mis cosas y las de Nate

- ¿Se puede saber porque sientes tanta aversión hacia los juegos? – me pregunto con una sonrisa burlona en su rostro mientras nos encaminabas a la mesa con los pedidos en mano

- No - le respondí con el seño fruncido

- Anda, no me voy a reír, promesa de boy scout – me dijo haciendo una rara señal con sus dedos. Reí

- Bueno, te diré aunque se que nunca fuiste boy scout y me arriesgo a que te burles – dije tomando una gran bocanada de aire mientras tomábamos asiento – digamos que una vez tuvieron que venir los bomberos a sacarme de uno de esos tubos – le dije apuntando los toboganes. Un escalofrío recorrió mi columna al recordarlo. Suspire

- Anda ríete – le dije luego de un rato cuando lo vi mordiendo su labio inferior. Era una visión tan malditamente tentadora que prefería su risa a seguir viendo eso.

Paso solo un segundo cuando soltó una gran carcajada haciendo que muchos voltearan a vernos, había personas con el seño fruncido como otras con sonrisas divertidas en su rostro. Ya debía estar como un completo tomate otra vez.

- ¿Bomberos? – Comento entre risas – ¿Enserio te vinieron a rescatar los bomberos? – solo asentí con mi cabeza para que otra ronda de risas siguiera. Fruncí el seño

- ¡Ey! No es divertido – le dije tratando de mirarlo enojada pero ¿Quién podría enojarse al escuchar esa melodiosa risa? - Ok, ok – dijo tratando de calmarse – lo siento – dijo luego de un rato al haberse calmado – es que simplemente – soltó una pequeña risita, bufe – lo siento – tosió – simplemente no puedo creerlo ¿Tan torpe eras cuando pequeña?

- Soy – le dije tratando de esconder mi sonrojo

- ¿Eres? -

- Si – le respondí – aun sigo siendo torpe – resople – no es algo que se me vaya a quitar al pasar los años – le dije encogiéndome de hombros. Y nuevamente comenzó a reír

- ¡Mamá! – escuche a lo lejos gracias a dios gire lentamente y comencé a sacudir mi mano en el aire para que Nate y Emma nos vieran

- ¿Estas bien tío Edward? – le pregunto Emma a su querido tío, el cual seguía riendo

- Si, si princesa no te preocupes – le dijo mientras secaba unas pequeñas lagrimas que habían salido de sus ojos

- Por lo menos te hago reír – comente sarcásticamente mientras sacaba la silla para que Nate tomara asiento a mi lado y Edward hacia lo mismo con Emma

- Es algo difícil aburrirse estando con tu mamá Nate – le dijo Edward de forma divertida mirando a mi hijo. Nathaniel frunció su seño

- ¿Qué hizo ahora Ma? – Pregunto burlón – ¿Te caíste cuando traías el pedido Ma? – Me pregunto inocentemente

- No Nathaniel, no me caí, gracias – conteste irónicamente - ¿sabes que? No pienso darte la sorpresa que viene en la Cajita feliz – le dije sacándole la lengua y robándome su sorpresa

Escuche una pequeña y hermosa risa, gire mi cabeza para encontrarme a Emma riendo. Me miro y rápidamente dejo de reír, sus cachetitos se tornaron de un rosa demasiado adorable. Sonreí

- Tu te puedes reír pequeña – le dije mientras acariciaba su mejilla – Si quieres te doy a ti la sorpresa de Nate - le susurre al oído. Me miro sonriendo y asintió. Saque el pequeño juguete de mi bolsillo y se lo di a Emma mientras Nate me miraba haciendo un puchero

- De nada servirá el puchero de Alice ahora, Nate – le dije mientras me cruzaba mis brazos por encima de mi pecho – ahora come tu hamburguesa – agacho su cabeza y empezó a comer. Vi como Emma le pasaba el juguete por debajo de la mesa. Sonreí, ya veía venir algo así

- ¿Puchero de Alice? – Me pregunto Edward mientras comíamos diciendo el nombre de Alice con un deje de reconocimiento

- Un pequeño duende diabólico autor de todos los métodos que Nate sabe para hacerse pasar como niño bueno – le dije mirando como Nate sonreía con suficiencia. Edward río bajito. Rodee mis ojos y me giré a la pequeña Emma

- Dime pequeña ¿Cuántos años tienes? – le pregunte con una sonrisa en mi rostro

- ¡Cinco! – grito feliz con un poco de Ketchup en sus labios. Tome una servilleta para limpiarle la comisura de estos pero una pequeña mano me gano, sorprendida vi como Nate limpiaba la boca de Emma y esta tomaba ese hermoso color rosa de nuevo. Mire a Edward y este estaba tratando de ocultar una sonrisa

- Pronto cumplirá los seis ¿Verdad princesa? – Dijo Edward mirando con ternura a Emma, se notaba a leguas que quería mucho a la pequeña niña. Aquello me enterneció

- ¡Sip! – Respondió feliz nuevamente – ¿Tía Bella? – me preguntó tímidamente

- ¿Si pequeña? – le pregunte devuelta

- ¿Puede Nate ir a mi fiesta de cumpleaños el...- miro a Edward

- Sábado que viene – le respondió este

- ...el sábado que viene? – Termino de preguntarme

- Bueno, si cierto señorito decide no hacer ninguna y he dicho Ninguna de sus travesuras en la semana, ten por seguro que ira – respondí a la pequeña sonriendo. La cara de Emma se ilumino al instante

- ¡Yupi! ¡Nate tu mami es la mejor! – le grito a mi pequeño mientras este reía de cómo la pequeña daba brinquito en el asiento eso es taan Alice. Sonreí

- Gracias a dios Rose no la escucho decir eso – susurro bajito Edward para si mismo mientras reía suavemente

- ¿Quién es Rose? – Yo y mi gran bocota

- ¿Eh? Ah si, Rose es...- pero fue cortado por Emma que se puso a brincar más alto si es que era posible - ¡Mi Mami! – grito mientras aplaudía con sus manitas – ¡Mi mami es la mami más linda de todas! – Nate la miro ceñudo y cuando iba a replicar Emma continuo - ¡Claro que tía Bella y Tía Alice también son lindas igual que mami! – Esperen, paren ahí, acaba de decir ¿Tía Alice? - ¿Tía Alice? – preguntamos Nate y yo al mismo tiempo. Edward miraba a Emma con nerviosismo

- ¡Si, Tía Alice! Ella es la novia de Tío Jazzy – ¿Jazzy?, Jazzy, Jasper ¡Ah! ¡Mister Maravilloso! – ella también ira a mi cumpleaños – Por eso saltaba tan Alicemente

- Ten por seguro querida, que por nada nos perderemos tu cumpleaños – le respondí guiñándole un ojo. Edward me miro y trago saliva De esta no te salvas Cullen


- Bueno, es hora de irnos – dije mirando el cielo oscurecido en la entrada de McDonald's – Un gusto conocerte hermosa, nos vemos el sábado – le dije a Emma mientras besaba su mejilla. Cuando Emma se estaba despidiendo de Nate me gire donde Edward, quien me miraba nervioso

- Nos vemos Edward – le dije dándole un beso en su mejilla dios que suave mejilla sacudí mi cabeza para sacarme esos estúpidos pensamientos

- Bella, ¿porque no me das tu numero telefónico para ponernos en contacto por lo del cumpleaños? – Me pregunto inocentemente

– ¿Por qué no se lo pides a Alice? – le dije irónicamente – ¡Ah! Y por favor dile que se despida de sus Jimmy Choo – sonreí malvadamente - ¡Nos vemos el Lunes Profesor! – le grite mientras me encaminaba con Nate hacia el aparcamiento.

- ¡Nos vemos el Lunes Nate! – le grito a Nathaniel quien se giro y se despidió agitando su brazo. En un momento paré y me gire donde Cullen diciéndole con toda la dulzura del mundo

- ¡No te quejes si por accidente alguien te juega una broma esta semana querido Edward! – sonreí cuando vi como sus ojos se abrían de la impresión y seguí mi marcha

Me fui todo el camino en el carro bufando. ¿Alice y Edward se conocían? Y claro Alice como la gran mejor amiga que es no me dijo nada ¡Genial! Con esos amigos, para que necesito enemigos ¿no? Pero me las va a pagar, juro que me las va a pagar. Sonreí malvadamente

Luego de pensar muy bien en lo que iba a hacer me decidí por aparcar frente al departamento de Alice. Me baje del auto y me asome en la parte trasera diciéndole a Nate que me esperara dentro del carro por un momento. Entre al edificio y el conserje me saludo

- Buenos días Señorita Bella – me dijo Stephen

- Buen día Stephen – le conteste con una sonrisa – ¿podrías decirme si Alice se encuentra en su apartamento por favor?

- La Señorita Brandon no esta en estos momentos – me dijo luego de verificar – si gusta, puedo dejarle la llave de repuesto para que la espere dentro – Sonreí. Era bueno el venir siempre con Alice y que el conserje te conociera

- ¡Muchas Gracias Stephen! – le grité mientras las puertas del ascensor se cerraban. Esto va a ser tan divertido

Al cabo de un rato encontré lo que buscaba en el apartamento de Alice, baje y le di las llaves a Stephen nuevamente, diciendo que ya se me hacia tarde y no podía esperarla más Si supiera... Subí rápidamente a mi carro y me fui directo a casa. Nate me miro ceñudo todo el camino

Estacione el auto en el garaje, estaba ayudando a bajar a Nate de la parte trasera de este. Cuando íbamos entrando a casa, comenzó a sonar esa melodía, me preparé para lo que me esperaba

- ¿Qué sucede Alice? – conteste inocentemente 1, 2, 3...

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO...! – eso fue lo único que escuche ya que rápidamente colgué el aparato. Entre a la casa con los queridos Jimmy Choo de Alice colgando en mis manos. Reí haciendo que Nate me mirara de una forma rara

- ¿Qué? – Le pregunte cuando volvió a fruncir el ceño

- Me das miedo Ma – me dijo mientras corría a su habitación - ¡Te quiero de todas formas! - Gritó. Pestañee rápidamente ¿Qué demonios...?

Olvidando aquel extraño suceso en el que Nate corría lejos de mi porque me temía ¿Pueden creer eso? camine hacia la sala de estar y me recosté en el sillón que se encontraba a un lado del televisor, puse mis pies en el posa brazos de este y Teclee rápidamente un mensaje de texto

¡Por que demonios no me dijiste nada Alice! ¿Así que andas de novia con Mister Maravilloso, digo, Tío Jazzy, lo siento, Jasper? ¡Oh espera! ¡Y da la casualidad de que es no-se-que-cosa de Edward! No se porque demonios acepte ir a ese cumpleaños... En fin, tú te lo buscaste

PD: ¡y no! ¡No te devolveré tus Jimmy Choo por un buen tiempo, traidora!

B.

Le di a enviar. Ahora solo me quedaba esperar que Alice me respondiera. Pensando en lo que le había escrito a Alice ¿Qué demonios iba a hacer yo en el cumpleaños de la sobrina de Edward? Recuerda que llevas a Nate, Bella. Resople, si, ese día iba a ser fantástico.

La pantallita del celular se prendió, pensando que se trataba de Alice, rápidamente abrí el mensaje que me había llegado.

Dulces Sueños Bella esperaré el lunes con ansias

PD: ¿Sabias que es muy fácil persuadir a Alice?

E.

Suspire. Con mi corazón desbocado, latiendo a mil por horas y mis manos sudando, una sonrisa que se formo en mis labios inconscientemente Bendito el día en que la Señorita Lisbon decidió enfermarse... me desplome sobre mi cama, Leí el mensaje una y otra vez, ¿Tanto efecto tenía sobre mi?

Que importaba la traidora de Alice, que importaba el hecho de que conocería al resto de los Cullens en el cumpleaños de la pequeña Emma, en este instante lo único que me importaba eran aquellas esmeraldas que despertaban un extraño sentimiento en mí...

Finalmente seguí su consejo al pie de la letra, Aquella noche tuve unos muy dulces sueños. Esa noche fue la primera vez que soñé con Edward Cullen...