lunes, 13 de diciembre de 2010

Capitulo 2: Mi pequeño Angel

1, 2, 3, 4... ¡Vamos! ¿Cuando alguien va a decir algo? No sé cuanto tiempo exactamente ha pasado desde que el Profesor Cullen, alias Señor Bonito, irrumpió en el cuarto y dejo deslumbrada a toda la población femenina. Aun podía escuchar los pequeños suspiros de ensoñación que soltaban algunas madres, ¡Dios! Estaba aquí por que tenía que y gracias a este señor tendría que permanecer aquí incluso más de lo normal, fantástico. La ayuda divina hizo que Lauren escuchara mis plegarias internas ya que de un momento a otro se encontraba a pasos del profesor.

- ¡Mucho gusto profesor Cullen! – chillo con entusiasmo mientras estrechaba la mano del profesor – Como presidenta de la directiva estudiantil, hablando por todos – se volteo para mirara el salón completo, su mirada no te daba derecho a replica – Le damos una gran bienvenida al semestre y esperamos que nuestros niños no le causen tantos problemas – apunto con una risita coqueta que fue seguida por el resto de las mujeres presentes ¡Oh vamos! ¿Ahora con este también? Repito, ¡increíble!

- Muchas gracias – simple y preciso. Que tipo más comunicativo – He hablado con algunos de mis colegas – decía mientras ordenaba una pila de papeles que descansaba sobre el escritorio – Me han dicho que he tomado uno de los mejores cursos – su expresión cambio a una de ¿irritación? – Pero como en todo los cursos siempre hay niños que...- suspiro -... simplemente actúan como niños – sonrío – En fin, en esta reunión solo entregare los informes de calificaciones – decía mientras le pasaba a Lauren los documentos para que los repartiera, luego se acerco a su oído y le susurro algo con lo que esta puso una mueca de desagrado – y dentro de la semana citare a cada uno de ustedes para tener una entrevista y conocerlos mejor, También...- aquí era donde dejaba de escuchar.

- Hey Swan – escuche una voz fría mientras veía un papel agitarse frente a mí – aquí esta el informe de tu hijito – y aquí vamos otra vez. Respira Bella, relájate– Gracias Querida – dije mientras agarraba el papel y le dedicaba una sonrisa cínica la cual me devolvió mientras se retiraba a las otras mesas

- ¡Ah! Por cierto, el profesor quiere hablar contigo luego de la reunión - ¿Qué? ¡Demonios Nate que hiciste ahora! – Acerca del bastardito – susurro entre dientes. Pero como dicen: a oídos sordos, palabras necias. ¿Que mas podía hacer si no el ignorar aquellas palabras? No serviría de mucho el que me tirara encima de Lauren en estos instantes, como tenía ganas de hacerlo. «No Bella, resiste, hazlo por Nate»me repetía una y otra vez, a lo largo de la reunión, hazlo por el.

- Señor Cullen, ¿Quería hablar conmigo?- pregunte al hombre que estaba de espaldas frente a mi.

- Señora Swan, si, justamente quería...- decía mientras se giraba, de un momento a otro se quedo en silencio - ¿Tu eres la madre de Nathaniel? – dijo mirándome con asombro.

- Si, la misma ¿algún problema con eso? – fruncí el seño. Siempre era lo mismo ¿Uno no podía ser madre joven? ¡Estamos en el siglo XXI por Dios!- No, no, ninguno es solo que – me miro dubitativamente, como no sabiendo si decir lo que iba a decir – eres demasiado...-

-...Joven- lo corte antes de que terminara, ya estaba acostumbrada a esta respuesta- bueno, pero estamos aquí para hablar de Nate ¿no?- dije mientras me apoyaba en el escritorio enarcando una ceja- así que hábleme de el y no de que soy demasiado joven para ser madre – sonreí burlonamente, y es que en vez de molestarme siempre me causaba gracias el asombro de las personas al saber que Nate era mi hijo.

- Si claro- parecía nervioso. No pude aguantar el lanzar una pequeña risa la cual hizo que me mirara entre confundido y divertido.

- ¿Puedo preguntar que es lo gracioso? – volví a sonreír «Vaya, si que me hacia sonreír»pensé.

- No es nada, sigamos con lo nuestro – le dije mientras me sonrojaba – quiero decir...-carraspee- ¿que era lo que me iba a decir de Nate?-

- Oh, Nathaniel – sonrío mientras se giraba nuevamente para guardar los documentos que sostenía en su mano – Bueno, tu ere su madre, debes saber que es un niño un tanto especial – me dijo mientras me daba una mirada divertida.

Especial. Oh claro, Nate era especial. Ya veía donde iba esto.

- ¿Quién ha sufrido por culpa de Nate ahora? – le pregunte, mientras recordaba a los pobres niños que habían sufrido de las inocentes bromas de mi pequeño demonio- ¿fue Ethan otra vez? ¿O talvez Brittany?...puedo justificar a mi hijo por eso, esa pequeña niña...-me calle al escuchar su melodiosa risa

- Tranquila, no le ha hecho nada a ninguno de sus compañeros esta vez. Esta semana tuve el agrado de compartir con Nathaniel...-

– Nate – lo corte

– Nate – me dijo divertido – y debo decirte que es un niño muy imaginativo – ¡Ha! Dímelo a mi – el centro de sus bromas esta vez fue...el nuevo profesor- Demonios. Cerré los ojos tratando de tranquilizarme. Ese niño ya iba a ver cuando llegara a casa ¿Cómo se le ocurría jugarle bromas al profesor? Suspire.

- Bueno entonces cambio mis preguntas, ¿Qué le ha hecho a usted esta vez? -

- Mm, ¿Señora Swan? – me llamo. ¿Señora? No era tan vieja ¿no?

- Bella – corregí. Él rió

– Bella, ¿que edad tienes? – Lo mire con confusión en mi rostro

– ¿21? – respondí en modo de pregunta ¿Qué tenía que ver mi edad en todo esto?

- Bien, tenemos casi la misma edad, por favor, no me trates de usted – me dijo con esa sonrisa que hizo suspirar a todas cuando entro en el salón.

- Ah, eso. Esta bien – sonreí – ¿Vas a contestar mi pregunta? – se sentó en el borde del escritorio y me miro.

- ¿Por cual quieres que comience? El incidente con la pintura o con el de la cola fría – decía pensativo – Oh... ¡Ya se! El del letrero en mi espalda... – Suspire de frustración

– Ok, ok, ya entendí – lo interrumpí antes de que siguiera con su lista ¿Cuántas cosas puede hacer este niño en una semana? Rodee mis ojos - ¿Y...que más?- y nuevamente la sorpresa apareció en su rostro

- ¿No es suficiente con lo que te he dicho?- Se ve muy bien que no conoce a Nate

- Bueno, esas cosas las hace todo el tiempo - me encogí de hombros restándole importancia – a lo que me refería era que me aconsejarías tu que hiciera – me miro confundido ¿Tanto le cuesta entender? Bufe- Mira, siempre que me llaman para hablar conmigo acerca de la conducta de Nate los profesores; Todos, terminan diciéndome en otras palabras que soy una pésima madre para el – Suspire y sonreí cínicamente - ¿No piensas hacer lo mismo?

- No – contesto con una expresión indescifrable en su rostro al momento en que giraba sobre sus talones para salir por la puerta – Que tenga un buen día Señorita Swan – y la puerta se cerró.

¿Qué demonios había sido eso?, ya estaba en mi auto y seguía pensando en el extraño comportamiento del querido profesor de Nate; No es que a mi me interese de todas formas. Doble en la esquina de la avenida para entrar a la calle donde vivía la Señora Harrison y recoger a Nate. La pizza ya reposaba en el asiento trasero. Nate nunca me perdonaría el que la olvidara así que después de salir algo confundida del colegio me fui directamente a la Pizzería que se encontraba a dos manzanas de allí.

- ¡Mamá! – Grito Nate cuando me baje del auto, corrió rápidamente y me abrazo

- ¡Hola pequeño! – Le dije mientras lo tomaba en brazos y besaba su mejilla – Hola Señora Harrison – le dije a la ancianita regordeta que se encontraba enfrente mío.

- Hola Querida – sonrió – Nathaniel se porto como todo un angelito – reí internamente ¿Mi Nathaniel un angelito?- ¿Tu un angelito? – le susurre en su oído para que solo el oyera. Rió ligeramente

– Tengo mis métodos Ma- mascullo entre dientes.

- Me alegro- sonreí respondiéndole a la ancianita – Muchas gracias por todo Señora Harrison – le dije mientras besaba su mejilla – ¡Nos vemos! – me despedí mientras montaba a Nate en el asiento trasero y yo me acomodaba en el lado del conductor.

- Así que has estado haciendo de las tuyas en el colegio otra vez – empecé. Quería que el me dijera lo que había hecho. Nate suspiro

– ¿Yo? Quien te dijo eso. ¿No escuchaste a la Señora Harrison? Soy todo un angelito - me decía sonriendo inocentemente

- Nathaniel – suspire

– Esta Bien...-y me empezó a contar lo que le había hecho al profesor durante la semana mientras agachaba la cabeza - ... pero ¡lo de el letrero no fue mi idea!, Damian lo escribió – bufo – pero el muy cobarde no se atrevía a colgarlo en su espalda - susurro

- ¡Claro! Y para eso estabas tu ¿no? – le respondí irónicamente – Obvio si tu siempre eres el culpable de todas las travesuras que ocurren en el salón, una mas una menos ¿Qué importaba no? – Me estaba empezando a irritar, siempre era igual, si no me llamaban en la semana para poner al día de todo lo que Nate había hecho, en las reuniones era el punto fijo del profesor

- Lo siento Mamá – susurro tan bajito que creí no haberlo escuchado

- ¿Qué dijiste? – le pregunte

- ¡Lo siento! – me grito levantando la cabeza. Podía ver como sus ojitos se iban cristalizando por culpa de las lagrimas que peleaban por salir – Lo siento – susurro por ultima vez

- Llegamos – le dije seria mientras bajaba para abrirle la puerta del asiento trasero. No alcance a cerrar la mía cuando escuche como entraba corriendo a la casa. Suspire Tómatelo con calma Bella. Saque la pizza del asiento trasero y me adentre en la casa. La puse sobre la encimera y me encamine a la habitación de Nate.

Ahí estaba el. Sobre su cama con la almohada en su cabeza, como hacia cada vez que se ponía a llorar para que no lo viera, algo que no le resultaba muy bien. Me acerqué lentamente y tome asiento al lado contrario en su cama.

- Nate – lo llame bajito – Nate – le moví por el hombro y jale de su almohada para intentar quitársela – Nathaniel – dije con cansancio y finalmente se saco la almohada de la cabeza. Sus ojitos estaban rojos e irritados de tanto llorar, me sentí tan culpable por haberlo regañado de esa manera, pero no podía dar marcha atrás, el había hecho algo que no estaba bien y tenia que entenderlo. De repente sentí dos bracitos rodear mi cuello y la cabeza de Nate acomodarse en el hueco que quedaba entre mi cuello y el hombro

- Lo siento mucho Mamá – repitió entre sollozos – yo no quería, es solo que – hipo – los niños nunca quieren jugar conmigo – siguió hablando entre sollozos – y siempre que hago alguna travesura me prestan un poco de atención – Acaricie su cabello. Sentía un nudo en mi garganta, trate de todo para no ponerme a llorar junto a el «Tienes que ser fuerte Bella»me repetía mientras seguía acariciándolo

– Esta bien – le repetía entre caricias – no paso nada, esta bien – tienes que cuidarlo como nosotros te cuidamos a ti...aquellas palabras aparecieron en mi cabeza derrumbando mis barreras. Una silenciosa lagrima se derramo por mi mejilla, la cual limpie rápidamente.

Luego de un momento de reflexión en el cual me encontraba sentada en uno de los taburetes de la encimera, comenzó a sonar aquella familiar melodía Girls just wanna have fun Sonreí al recordar como había regañado a Alice por aquel tema. Toma el pequeño aparato entre mis manos y lo llevé hacia mi oído.

- ¡Hola Allie! – La saluda entusiasta a través del celular

- ¡Hey Bells! – contesto del mismo modo - ¿Y mi sobrino preferido? – suspire. Nathaniel se había dormido después de todo el ajetreo anterior

– Durmiendo. En su cuarto – Conteste con un tinte de tristeza

- ¿Qué paso? – me pregunto una preocupada Alice

- Luego te cuento – respondí – Ahora señorita, me vas a decir todo lo que hiciste con Mister Maravilloso – sonreí malvadamente – y cuando digo todo, ¡es TODO!

- Ok, ok – ya me la podía imaginar dando saltitos al otro lado de la línea – pero primero, su nombre es Jasper y no Mister Maravilloso – dijo lo ultimo imitando el tono de mi voz. Sonreí

- Si, si como sea – rodee los ojos – Empieza

- ¡Aww Bella! ¿Que quieres que te diga? Es que...es que, ¡es simplemente Ma-ra-vi-llo-so! ...- Y así mi querida Alice comenzó su largo relato sobre la comida que tuvo con el famoso Jasper, aunque para mi seguirá siendo Mister Maravilloso - ... y luego me llevo de vuelta a mi casa, eso quiere decir que acabo de llegar, porque de no ser así te hubiera hablado más temprano, bueno eso no importa – comenzó a reír nerviosamente ¿Alice nerviosa?- ¿a que no adivinas?

– ¿Que? – Espete emocionada

- ¡Me beso Bella! Me beso y Dios si que besa increíble, no sabes, sus labios son como...-

- Ok, no necesito ese tipo de detalles Alice – reí cuando la interrumpí drásticamente

- Bueno, bueno, tú me dijiste TODOS los detalles ¿no? – Rió - Pero cuéntame tú ahora Belly Bells – y ahí vamos - ¿Cómo te fue en la tan esperada reunión? – Bufe

- Mm, bien – en realidad no había sido tan terrible como las anteriores. Me pregunto porque...

- Ok, cuéntame lo que realmente paso, para que tu digas eso debe haber sido algo demasiado bueno – suspire

– Ehh, nada fuera de lo normal- le contesté mientras mordía mi labio inferior - Hay un nuevo profesor – le comente rápidamente

- ¿Profesor? – Pregunto atónita - ¿Y la vieja que siempre te daba problemas?

- Mm, no lo sé – no me había puesto a pensar en eso. Fruncí el seño – No se donde se metió la Señorita Lisbon

- Bueno, no es algo que me interese de todos modos – me dijo Alice con tono aburrido – Dime Bella, ¿Es lindo? - ¿Lindo? Esa descripción se quedaba corta para ese hombre

- Mm, si – simple y conciso. Alice era Alice, si le decía todo lo que pensaba sobre el profesor de Nathaniel estaba segura de que me esperaba un gran interrogatorio. No, definitivamente no estaba para eso.

- ¿No me dirás nada mas cierto? – Sonreí, Alice me conocía tan bien

- No – reí por imaginarme a Alice frunciendo el ceño

- Bueno – suspiro - ¿Estas conciente de que yo te acompaño todos los días a recoger a Nathaniel? – Demonios, había olvidado eso, me mordí la lengua por estúpida

- Nos vemos Alice – le dije rápidamente. Soltó una gran carcajada

- Eso pensé. ¡Nos vemos mañana Bells! – y colgó.

Di un gran suspiro. Estaba muerta. El ir con Alice a buscar a Nate sería un total infierno.

Me encamine a la sala de estar y me acomode sobre el mullido sillón de tres cuerpos que allí teníamos. Al cerrar los ojos Recordaba las tardes que pasaba con mis padres viendo una película o simplemente haciéndonos compañía el uno al otro. También recordé la expresión de emoción en el rostro de todos cuando supimos que Nathaniel estaba creciendo en...

Unos pequeños pasos en el corredor me volvieron a la realidad.

- Mamá – me llamo Nate con su manita en la cara para sacarse el sueño de encima

- Ven aquí pequeño – le dije mientras extendía mis brazos y lo sentaba en mi regazo.

Comencé a mecerlo suavemente y tararearle una canción que me cantaba mi madre todas las noches antes de que me durmiera, me acerque lentamente a la recamara con Nathaniel dormido en mis brazos, lo acomode suavemente en su cama. Verlo ahí me calmo totalmente. Con esa expresión de paz en su rostro, sus pequeños brazos alrededor de la almohada la cual abrazaba cada noche y la tenue sonrisa que se encontraba posada en sus labios. Definitivamente parecía un ángel. Una melancólica sonrisa se asomo por mis labios Mi pequeño ángel.

Me encamine a mi habitación para descansar de este día tan ajetreado que me había dejado sumamente cansada. Suspire mientras me ponía mi pijama. Mi mente voló rápidamente a la conversación que había establecido con Alice. Por alguna extraña razón el siquiera pensar en volver a ver al Profesor Cullen me ponía los pelos de punta ¿Qué quería después de la forma en la que desapareció del salón? «Genial Bella tienes a otro profesor como enemigo»me reprimí mentalmente.

Lo peor de todo era un extraño estremecimiento que subía por mi cuerpo al pensar en el como mi enemigo. Mi vida no podía ser más perfecta...

Autora: Lamb'stown