La estrella de ‘Twilight’ sufre del mal de amores en ‘The Yellow Handkerchief’, que se estrena mañana
Pocas veces en la carrera de un actor o actriz una película da un giro radical de la noche a la mañana no sólo a su vida profesional, sino también a la personal.
Le sucedió a Johnny Depp, aunque en televisión, con 21 Jump Street. A Leonardo DiCaprio con Titanic. A Zac Efron con la trilogía High School Musical. Y a Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner con la saga Twilight.
Cuando Kristen entra en la pequeña habitación de un hotel en Beverly Hills que se ha acondicionado para la restringida rueda de prensa en la que promociona The Yellow Handkerchief, lo hace con cara a medio camino de sospecha y disgusto. Es de sobras conocido que a la famosa Bella de la serie vampírica no le gusta mucho relacionarse con los medios y que cualquier intento de cuestionarla sobre su vida privada ("¿eres novia de Robert Pattinson?", "¿cuándo deseas tener hijos?") será respondido con la cancelación de la entrevista. En The Yellow Handkerchief, Kristen, que cumplirá 20 años el 9 de abril, da vida a una joven que se une a otro adolescente (el inglés Eddie Redmayne, visto en Elizabeth: The Golden Age) y a un ex presidiario (William Hurt) en un viaje a través de Louisiana donde descubrirán el destino de sus vidas. La película —remake de una cinta japonesa estrenada 1977—, se filmó hace tres años, incluso antes de que se rodara la primera entrega de Twilight, y llega ahora a las pantallas tras su paso por el Festival de Cine de Sundance en 2008. El director, el indio Udayan Prasad, reconoció que cuando Kristen Stewart audicionó "no era la estrella reconocida que es ahora. Tenía 17 años...", mientras que el productor Arthur Cohn, que ha ganado tres Oscar, indicó que apostó por el largometraje porque "carece de sexo y violencia". "El mayor desafío en el cine de hoy en día es hacer películas [así]", expresó. "Y la mayoría de ellas no lo necesitan. Algunas incluso añaden sexo y violencia sólo para atraer a más público. Yo pienso que mi filme puede aportar algo al público", ya que su mensaje es claro: "todo el mundo tiene una segunda oportunidad", afirma. Kristen reconoció no saber cómo manejar a su personaje cuando se enfrentó a él. "Cada vez que actúas te distancias de tu área de seguridad", explicó. "Eso es lo que ha-cemos". "Es una muchacha muy afectada por sus relaciones previas", continuó. "Se muestra muy decepcionada de la gente. Lo que me interesó de ella es que es una chica que descubre sentimientos que no sabe que tenía". "La película trata de los prejuicios de la gente, de como juzgamos a todo el mundo", comentó el coprotagonista Eddie Redmayne, de 28 años. "Los tres personajes siempre han sido juzgados por sus acciones, pero ellos también juzgan a los demás. Al final todos descubren que hay que apreciar a los que te rodean por ser quienes son, más allá de sus excentricidades o temores". Con respecto a William Hurt, tanto Kristen como Redmayne se mostraron encantados de su oportunidad de actuar junto a él a tan temprana edad. "Es el actor más atento, más trabajador que conozco", dijo la estrella de Twilight. "Nadie sabe más que él. Te hace trabajar mucho más duro para entender tu personaje. Yo no entendería la película de la misma forma si no hubiera sido por él". Hurt, ganador del Oscar por Kiss of the Spider Woman, explicó que con el fin de prepararse para su papel "pasé una noche en una cárcel de máxima seguridad, donde los presos viven en sus celdas solos 23 horas al día". "Me pusieron al lado de un tipo con el que hablé durante tres o cuatro horas y que fue condenado a 2,020 años. Le hice muchas preguntas y él hizo lo mismo conmigo. Se interesó por la actuación, qué iba a aprovechar de nuestra charla... Le dije que con sus respuestas quizá había posibilidad de que me pudiera identificar a través de mi personaje". La cuarta protagonista de The Yellow Hankerchief es una mujer que se enamora del personaje de William Hurt. El papel es interpretado por Maria Bello, quien colaboró con él en A History of Violence. La actriz acaba de regresar de un viaje de casi un mes a Haití, donde como miembro de la organización Artists for Peace and Justice ayudó a la reconstrucción del país destruido por el terremoto. De su experiencia destacó que "logísticamente, lo mejor que ha sucedido allí, es la presencia militar [de EEUU]. Han organizado un sistema de distribución de comida, mantienen a la gente segura... Es increíble".