El actor británico, que se consagró como vampiro enamorado en Crepúsculo, ahora se vuelca al drama amoroso en Recuérdame , estreno del próximo jueves
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NUEVA YORK.- "Un poco confundido, pero sí, creo que soy un tipo romántico", asegura el actor Robert Pattinson, quien tras el megaéxito mundial conseguido con la saga de vampiros Crepúsculo, apuesta ahora al drama romántico Recuérdame (Remember Me) , de Allen Coulter, que se estrena el próximo jueves.
"Si ser romántico significa no ser cínico y mantener la inocencia frente a las relaciones, creo que en ese sentido soy un tipo romántico", explica Pattinson, que pocos minutos antes había ingresado a la suite del hotel Regency de Manhattan rodeado por un nutrido entourage de publicistas, asistentes y guardaespaldas, lo que le daba a sus comentarios un toque totalmente irónico.
Abajo, en Park Avenue, un aún más numeroso grupo de paparazzi hacía guardia para intentar sorprenderlo en alguna imagen con su "novia", Kristen Stewart, coprotagonista de las películas de Crepúsculo, y a la que es evidente prefiere no nombrar siquiera. Pese al revuelo que genera en los pasillos su sola presencia, ni bien se sienta para hablar con un grupo de periodistas extranjeros, entre ellos LA NACION, Pattinson deja atrás toda su aura de misterio vampiresco y, con sus pelos revueltos, barba de dos días y vestido de jeans gastados y camisa gris arrugada, parece volverse un chico londinense normal de 23 años, inteligente y buena onda. Posee una mirada filosa, que de inmediato busca trabar complicidad con los hombres y en un instante puede volverse voluntariamente enigmática, casi tímida, cuando le habla a una mujer, lo que a las claras provoca el efecto deseado, sobre todo en las adolescentes alrededor del mundo que se vuelven locas por él.
Ya lo sufrió en esta Gran Manzana, donde se filmó Recuérdame, en la que comparte protagonismo con la australiana Emilie de Ravin, conocida por su trabajo en la serie Lost, donde interpreta a Claire Littleton.
"Filmar en Nueva York fue algo totalmente loco. Los paparazzi eran insoportables; todo el tiempo gritándome para que mirara para su lado, para que tomaran una foto mientras yo estaba filmando. «¿Acaso te creés que podés actuar?», me gritaban y yo me enojaba muchísimo. Pero en cuanto ves la situación desde una perspectiva más amplia, entendés lo ridículo que es todo eso; se vuelve más gracioso y lo pasás por alto", dijo el joven actor, que parece estar muy en control de su carrera.
-¿Cómo hacés para encontrar tu tranquilidad con toda la atención mediática que generás?
-Paso mucho tiempo pensando cómo no ser visto, lo que es algo jodido, pero al final vale la pena porque si nadie sabe adónde vas no te esperan a la salida de un restaurante, podés disfrutar de tu vida. No digo que no sea lindo que la gente te venga a pedir fotos o autógrafos. Lo que me molesta son las personas que buscan sacar rédito de mi imagen o de mi persona. Pero muchas veces logro escaparme de ese incansable seguimiento y está bueno.
-Imagino que es todavía más difícil cuando tu novia es también muy famosa, como Kristen Stewart...
-Jajaja. Es difícil de cualquier manera. Tenés que aceptar que es parte de tu vida, es algo que viene con la carrera que elegís.
Elocuente, con modales bien británicos y risueño, durante la entrevista, Pattinson deja entrever que es una persona educada, leída y con ganas -al menos por hoy- de mostrar que es distinto a la imagen que los medios y el público le han esculpido en estos pocos años. Por eso fue que le atrajo mucho en Recuérdame, su papel de Tyler, un rebelde estudiante neoyorquino que al final del fatídico verano de 2001 descubre que la tragedia y la felicidad del amor pueden ser parte de una misma moneda.
"Es una película sobre la vida, más que una historia de amor. Tiene que ver con las relaciones que uno establece como humano con las personas que más cerca tiene y que más quiere. Habla sobre las pérdidas y cómo manejamos el duelo; cómo nos afecta. Para mucha gente, una pérdida se asume como parte de la propia identidad, y a veces es necesario que para superar esa pérdida uno deje atrás también parte de esa propia identidad construida; son emociones muy contradictorias y ricas para explorar, por eso me interesó interpretar a Tyler", señala sobre su personaje, cuyo hermano mayor se suicida, enfrentándolo a una difícil situación con sus padres divorciados (encarnados por Pierce Brosnan y Lena Olin) y una pequeña hermana (la prometedora Ruby Jerins).
-¿Creés que este personaje es el más parecido a vos que has hecho hasta ahora?
-Mmm... no sé. Creo que uno intenta siempre buscar cosas del personaje para identificarse, hacerlo propio y que se sienta honesto; lo reconstruís y buscás los elementos con los que te relacionás más. En este caso, hay cosas que veo en Tyler que a mí me hubiese gustado tener. Sería, más vale, una fantasía mía. En la película, Tyler se pelea todo el tiempo y a mí me hubiera gustado agarrarme a las trompadas así varias veces, pero no soy para nada como él. Me han golpeado algunas veces en bares ?no me la veía venir?, pero fue hace tiempo ya. En cuanto a su rebeldía, siempre me preocupo porque yo no pasé por una etapa de adolescente rebelde. Temo que me agarre la rebeldía ahora, de más grande, y por ningún motivo.
-¿Necesitás rebelarte frente a las expectativas que generás ahora?
-Un poco sí, pero cuando el foco de atención está puesto sobre vos, lo mejor que podés hacer es permanecer lo más que puedas como un misterio; no intentar catalogarte o seguir la corriente de lo que la prensa dice sobre vos. Si no, estás todo el tiempo generando historias en los medios y tu persona pública no te ayuda en tu carrera. La gente toma demasiado literalmente todo lo que uno diga y van creando un personaje ajeno a lo que sos en realidad. Además, si estás todo el tiempo en la vidriera, creo yo que al final terminás cansando al público y cuando van a ver tus películas te ven con el prisma de tu persona pública y no como el personaje que estás representando.
-Ya veo. Por eso tratás de desorientar un poco diciendo cosas como que sos alérgico a las vaginas, algo que no genera ni titulares...
-Jajaja. Exacto.
-¿Tuviste algún momento en particular en el que te cayó la ficha del nivel de fama que tenés?
-Para mí, ser presentador en la ceremonia del Oscar el año pasado fue algo importantísimo. Cuando primero me invitaron pensé que era una broma. Después me vi esa noche sentado detrás de Mickey Rourke, y yo no podía entender qué estaba haciendo ahí. Me parecía algo loco, muy loco.
Fuente: lunanuevameyer.com